lunes, 25 de mayo de 2020

UN TEMA POLÉMICO, PERO NADA DE ABSURDO


Todo comenzó en tiempos de Cuarentena y Covid-19 con Angela Merkel y Lufthansa.  Un rescate financiero de€ 9.000.- para la aerolínea, pero con participación accionaria del gobierno alemán de hasta un 25%, pero sin derecho a voto en el Directorio. Nadie habló de estatización.


Tras permanecer intervenida tres años bajo administración una especial la nueva Alitalia recibirá del Gobierno italiano por lo menos 3.000 millones de euros. Primer paso para volver a manos públicas.  Nadie puso el grito en el cielo.  


En Argentina el Gobierno del Pdte. Alberto Fernández anunció que dará un salvataje a las empresas en CrisisCovid19 sin importar su tamaño para que puedan pagar los sueldos de sus trabajadores.  Acto seguido una diputada oficialista propuso/sugirió que ese salvataje se transforme en participación accionaria.  


La oposición saltó horrorizada. Habló de un plan de estatización, de la confirmación del camino a la “Venezonalización”, al comunismo. Horror.  Cuasi un escándalo.  Opinadores libremercadistas también se inclinaron por ese argumento.


Hablando y siendo serios,  eso en estricto rigor no debiera escandalizar a nadie, todo lo contrario, los ciudadanos, los contribuyentes debieran estar tranquilos de que el dinero estatal no se regala sino se invierte, pero, cuál es el problema?


La Argentina vive bajo el Régimen K.  Bajo la presidencia de Alberto Fernández pero con una gravitante influencia política, doctrinaria y fundamentalista de Cristina Fernández de Kirchner -CFK-, y eso asusta y preocupa.  Es que en los dos mandatos de ella se vieron y vivieron cosas muy reñidas con una buena salud republicana. Y sus seguidores son fundamentalistas, algo que más que una crítica es una virtud en tiempos de descrédito hacia los partidos y liderazgos políticos.


La vocera de semejante idea fue la diputada K Fernanda Vallejos, respecto de la cual nadie cree que haya sido suya la idea, sino más bien de su jefa política.  Ese es el problema, de donde pudo haber venido la idea, porque convengamos a nadie en Alemania o Italia se le ocurriría pensar en los términos que ha ocurrido en la Argentina.


Los descreídos tienen razón; hay ideas K que asustan y hay liderazgos que pesan poco, como parece ser el del Presidente Fernández.  Pero volvamos al meollo del asunto.


Que un Estado, un gobierno le tire un importante salvavidas económico a empresas de gran tamaño sin alguna contraprestación parece un absurdo.  En Chile Piñera también reparte salvavidas, pero con una diferencia.  Los ha llamado “créditos con suprapreferencia”, que no es otra cosa que préstamos con aval del Estado;  es decir no hay regalos.


No resulta descabellado que si un Estado tiene que poner mucha plata para salvar una empresa tome los resguardos necesarios para velar por el buen uso de ella, pues es plata de todos los contribuyentes.  Una forma de cuidar el dinero en esas manos es la participación accionaria, el aumento de capital, y si la plata alcanza ocupar un sillón en el Directorio, pero como en Alemania, con derecho a voz, pero no a voto, porque parafraseando a León Gieco podríamos decir que el Estado “es un monstruo grande y pisa fuerte”.


Es más, como se trata de ser serios y rigurosos en el cuidado de ese dinero los directores en esas empresas no debieran ser beneficiarios del cuoteo político, sino profesionales con alta y probada formación y experiencia, que sean propuesto por el Ejecutivo, pero confirmados por el Legislativo.  Todo lo que sea correctamente posible.


No debiera ser mala la participación estatal en empresas en crisis, siempre y cuando se haga bajo determinados criterios técnicos, entre ellos que no sea la decisión arbitraria de una persona, sino más bien el resultado de concienzudos análisis de gente que sabe,  y ojo, nunca más allá de participaciones que superen un cuarto o un tercio del capital.


El problema de la Argentina es el desprestigio de su política, y acá no hay excepciones; es la inestabilidad de sus gobernantes que cada vez que cambia el color del gobierno sobrevienen los volantazos.  Lamentablemente el término Políticas de Estado no pasa de ser una expresión de deseo.


La Argentina es víctima y rehén de su descrédito, y lo que es peor, se da con más fuerza respecto de los tres pilares de la república, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.   En las estructuras de decisión de esos poderes, todos aborrecen de ese desprestigio, pero no hay una sola acción concreta capaz de decir, por fin hemos cambiado de rumbo.


Por eso una NO MALA IDEA se transforma en una HORRIBLE IDEA, porque todos confían en nadie; todos le creen a nadie; todos sospechan de todos y, salvo declaraciones rimbombantes el rumbo no cambia.  


Es triste admitir que viviendo tiempos malos y muy malos producto de la economía y el Covid-19 todo hace presumir que para la Argentina vendrán tiempos peores, ¿o no cree usted?


domingo, 10 de mayo de 2020

UNA FICCIÓN DEVALUADA, UNA REALIDAD AUMENTADA

Estamos siendo protagonistas de un fenómeno nunca visto y mucho menos imaginado.  Estamos siendo protagonistas de una escena surrealista.

Es un surrealismo que impacta, conmueve y emociona pero que se comienza a vivir con naturalidad.  La gente va y viene por las calles con tapabocas, algunos con guantes, respetando las filas en el banco o en algún negocio a la hora de comprar, y comiendo comida de restaurante,  pero en casa......."

¿Será lo que llaman la Nueva Normalidad?   Pero, como puede ser algo normal si no sabemos para dónde va ni tampoco cuándo termina?

Los medios convencionales, digitales y de redes, nos muestran a “expertos” hablando y teorizando sobre una realidad que nunca vieron.  Una realidad cuyo punto más cercano podría haber sido un libreto de Hollywood.   Sin embargo, convengamos, un libreto de Hollywood con esta imaginación hubiese sido desechado por exagerado. Una cosa es la ciencia ficción y otra cosa la realidad que la supera.

Me quedo con la frase de una amiga:  “Lo unico que se puede ver es la tristeza en los ojos de la gente , de resignación frente a esta situación, el ya no ser dueños de nuestras vidas”.   Tremendo, pero verdadero, o alguien se atreve a afirmar lo contrario?   Vamos por parte.

Hay tristeza porque la alegría está arrinconada por ahí.
Hay resignación porque es esto o esto. La gente no dispone de muchas opciones para manejar su vida.
La pérdida de pertenencia de las vidas própias es muy fuerte; esperemos no sea irreversible.  En nombre de la “Nueva Normalidad” se pueden hacer muchas barbaridades.

Cómo se sale de esto?  Qué buena pregunta cuya respuesta pasa inevitablemente por economía.

Hay gobiernos, lo menos, quizás los más retrógrados,  que creen que de esto se sale subiéndole impuestos a aquellos que pueden pagarlos.

El efecto más devastador del Covid19 será sin dudas el impacto económico.  Cientos de miles de personas sin empleo; cientos de miles de empresas en las puertas de la quiebra; cientos de miles de empresas quebradas.  Algún día tendremos los números de qué fue mejor o peor.  Por hoy lo más concreto que tenemos a la vista a es a gente jodida o muy jodida.

Sin embargo, yo que de economía sé nada  voy a opinar igual.  Qué más da los que saben opinan y no pegan una.

Personalmente creo que bajar los impuestos a las personas y a las empresas es la salida más efectiva, eficiente y menos dolorosa porque los Estado -creo yo- pueden emitir exactamente el faltante que tengan en caja para financiar sus obligaciones básicas. Bajo riesgo de inflación, porque no hay más circulante que el que falta.

Sin embargo, las personas y las empresas que dejan de pagar impuestos inevitablemente volcarán ese dinero al consumo, a la economía real.  Será dinero fresco, reactivador. Es elemental o estoy muy perdido?

Como vivimos en el mundo de los vivos se podría incluso reglamentar que aquellos que se acojan al no pago de impuestos queden coartados de participar de la timba financiera, algo que siempre es muy tentador.

Pero volvamos a la tristeza en los ojos de la gente. Qué tremendo, no?
Es tristeza por todo.  Por lo poco que podemos hacer, por lo que hacen quienes nos dirigen, por la incertidumbre, por las pérdidas, por los afectos, porque esto hoy parece eterno y porque la solución no está a la vuelta de la esquina.  Las deidades han quedado devaluadas.

¿Cómo así.  Será que el Ser Supremo en el cual muchos creen, que sólo quiere lo mejor para su rebaño se escabulló al primer problema en serio en serio?

Será que Covid19 no sólo ha puesto en jaque a los científicos y los gobiernos sino también a las religiones?   

Ya tenemos tema para el próximo artículo, ¿o no cree usted?




domingo, 3 de mayo de 2020

...NO SON LOS MEJORES


Ya lo dijimos en un artículo anterior.  Los que gobiernan son solamente los más votados, no los mejores.   Eso queda en evidencia en forma casi permanente, pero mucho más evidente aún en una Emergencia Sanitaria sin precedentes, sin experiencia ni manuales de procedimientos.  Una pandemia a lo Machado, haciendo camino al andar.

No cabe dudas que el “top-top” de esta lista es Mr. President, Donald John Trump quien el 22 de Enero de este año, al día siguiente de la primera muerte de Covid19 en Estados Unidos, dijo, “lo tenemos totalmente bajo control. Todo va a estar bien”. Recién 51 días después declaró la Emergencia Sanitaria.  El resto de la historia es conocida; su país es el No.1:  Tiene el 33,62% de los contagiados del mundo y el 27,45% de los fallecidos.1

Le sigue su “follower” más acérrimo, Jair Messias Bolsonaro, cuyo país ostenta la tasa de contagio más alta del mundo, 2,8.  Esto significa que cada contagiado transmite la enfermedad a casi tres personas más.2     No obstante aquello, el presidente de Brasil ha visto con agrado -apoyado es la expresión correcta- la apertura de centros comerciales sin ningún tipo de medida preventiva; distanciamiento social, por ejemplo.  Y él además ha hecho gala de salir a mezclarse con la gente como si todo lo que está pasando sólo fuera ficción.

Más cerca nuestro, Sebastián Piñera en Chile, país que tiene un alto número de infectados respecto de su población, pero al mismo tiempo el que más testeos realiza por millón de habitantes introduce en medio de la pandemia el tema del plebiscito de Octubre, cuestión que irrita a propios  y a ajenos.  Especialmente a aquellos     que esperan reformar la Constitución promulgada por la dictadura de Pinochet hace 40 años.  Inoportuno tema arriba de la mesa en momentos en que aún el virus no ha hecho peak en su país; es decir  el foco de la preocupación está en otro lado, y  es discutible además  si este es un tema que importe directamente al Presidente.

En tanto en Argentina, crece con más fuerza la convicción de que el novel presidente Alberto Fernández buscará refugiarse en la pandemia y la cuarentena todo lo que sea posible pues de esa forma coloca un manto de postergación a uno de los problemas más graves que enfrenta una vez más su país.  Otro default.   

Argentina quedó quebrada después de la administración Macri.  Fernández prometió soluciones que no ha podido ni podrá cumplir, pues no tiene un solo peso en la caja y tampoco un plan para salir del trágico momento económico que vive el país.  Los acreedores lo tienen arrinconado y negocian con un joven ministro de Economía de poco peso.  En estos días además Fernández escuchó -aunque lo niegue- uno de los peores cacerolazos de los últimos tiempos motivado por la liberación a destajo de presos; cuestión que primero respaldó y luego negó.  En un par de días.

Mientras haya cuarentena el presidente argentino seguirá teniendo poder y apoyo de prácticamente todas las fuerzas políticas.  Cuando termine la cuarentena volverá a la dura realidad, y quizás a perder el poder.

En fin. Es una tragedia tener que admitir que los que gobiernan no son los mejores, sino políticos que en determinado momento sacaron muchos más votos que sus rivales. Lo peor de todo es que son el resultado de la voluntad popular, lo que nos llevaría a decir, nada de qué quejarse.

La nueva normalidad traerá, sin dudas, nuevos usos y costumbres; sin embargo estoy casi convencido que no cambiará la calidad de los políticos ni las exigencias de la ciudadanía para tener mejores representantes en las instituciones del poder. O no cree usted?
  
1: Fuente: Wikipedia, Mayo 3 de 2020
2:  Fuente, Imperial College de Londres

VIOLENCIA MACHISTA. AY QUÉ TEMA, ¿NO?

“L a acumulación de crímenes por violencia machista ha originado entre los lectores diversos debates sobre cómo deben contarse estos abomina...