jueves, 6 de agosto de 2020

CHILE FENOMENAL

 No sé si se habrán dado cuenta, pero en los últimos diez meses hemos venido de fenómeno en fenómeno.

 

Arrancó el Estallido Social con una chispita que me hizo recordar esas películas en que el bandido deja caer un fósforo sobre un hilito de combustible y estalla todo.  Es que Chile venía alimentando ese hilito de  combustible hace 29 años.  Fue (en realidad es) un fenómeno. Porque el Estallido Social lo activaron los jóvenes y lo manejaron todos y nadie al mismo tiempo pues la política tuvo que acovacharse.

 

No salíamos de una cuando nos enteramos que desde China se venía algo complicado de lo que no sabíamos mucho, pero era como esas cosas de las películas. Covid19 lo llamaron, y aquí estamos, cinco meses después tratando de entender cómo se sale de esto y viviendo de una forma rara.

 

Y mientras tratábamos de entender ese fenómeno nos encontramos con otro.  Los chilenos que por casi cuarenta años han venido juntando platita para su jubilación se encuentran con que el sueño dorado del jubilado no existe, que en quienes confiaron su dinero para el retiro son hoy extremadamente ricos y al mismo tiempo fabricantes de jubilados extremadamente pobres.  

 

Déjenme reforzar esa afirmación con el estudio “Industria de AFP chilena: ¿Cuánto gana y cuánto debería ganar?  del profesor Fernándo López, de la Facultad de Economía y Negocios, Universidad Alberto Hurtado, que dice así:

 

“En las últimas dos décadas, tanto expertos como la ciudadanía han considerado que las rentabilidades de la industria de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) son "excesivas". Para sustentar esta afirmación, generalmente se comparan las rentabilidades de las industrias de AFP y bancaria. A modo de referencia, la rentabilidad sobre patrimonio promedio de las AFP en el período 1991-2015 fue 26,4%, cifra que supera en 66% al 16% alcanzado por la banca en el mismo período (ver Gráfico 1). Aunque estas cifras sugieren que la industria de las AFP obtiene ganancias sobre lo normal, tanto la dinámica como las fuentes de exposición al riesgo de ambas industrias son diferentes y, por tanto, no son comparables.”

 

Y ahí se vino el otro fenómeno. El oficialismo se peleó, el Presidente Piñera se debilitó aún más y el Congreso intimidado por aquello de que “vox populi, vox dei” no tuvo otra alternativa que diseñar la llave maestra para que las AFPs abran sus cajas fuerte y le devuelvan a los chilenos el 10% de sus ahorros previsionales.  Me acordé de la frase, “Vamos Chile que se puede”.

 

A propósito de Piñera.  Todo herido y masgullado por la rebelión de los propios, por las críticas por el manejo de la crisis Covid19, que entre sus víctimas se cobró al ministro de Salud, hace lo que cualquier Presidente en crisis: cambia de gabinete.  Opino que con esa decisión Piñera ha superado sus propias malas decisiones.  Puso en Interior a Víctor Pérez, del ala más derecha de la UDI y que en su currículo exhibe haber sido Alcalde designado por Pinochet.  Un tipo que no debe conocer el mundo real, en el que viven los chilenos de a pie porque desde 1981 vive a costa del Estado.  Un becado de la política.

 

En realidad el cambio de gabinete, por lo menos así me parece a mí, está lejos se lograr armonía y entendimiento entre los chilenos. La decisión presidencial fue nuevamente la chispa sobre el hilo de combustible pues dio pie para que los grupos más radicalizados vuelvan a las suyas, a crear un ambiente de tensión que sólo le hace peor a Chile.

 

 “De esto nada puede salir bien”, pensé. Lamentablemente no me equivoqué.  Volvió la violencia a las calles, volvió la violencia a La Araucanía, mientras Agosto comienza con un 12% de aprobación para el Pdte. Piñera. Otro fenómeno; o acaso alguien recuerda que en la historia republicana de Chile un Presidente haya alcanzado esos números.

 

“Lo tienen por las cuerdas”, dijo alguien por allí, y lo graficó diciendo que por eso volvieron a sacar desde un cajón el proyecto del impuesto a los “súper ricos” que estaba quietito desde Junio.

 

Al Presidente le quedan 20 meses de mandato, lo cual puede ser mucho o poco dependiendo del lado de la vereda que lo mires.  Creo que para Piñera es mucho, casi demasiado.  Algunos quieren que renuncie ya.    A mí me parece una pésima idea.  Preferiría que tome la iniciativa de anticipar las elecciones Presidenciales y Legislativas, pues de ese modo aprovechamos de fumigar todo, ¿o no cree usted?

 

 

FENÓMENO: Cosa inmaterial, hecho o suceso que se manifiesta y puede percibirse a través de los sentidos o del intelecto.

 

 

 

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