viernes, 10 de abril de 2020

PIÑERA EN UN CALLEJÓN SIN SALIDA

Este artículo fue publicado en capsular.cl el 13 de Marzo, 2020


Transcurrido casi cinco meses desde que comenzó el estallido social el gobierno del Pdte. Sebastián Piñera demostró tener ninguna habilidad u oficio político para apaciguar los ánimos de un problema semi-heredado*.
Fueron pasando los días, las semanas y los meses y el estallido se mantiene como el primer día, o quizás peor, pues al gobierno se le escapó de las manos el control de Carabineros, que ha demostrado tener vuelo propio mientras el jefe directo de esa institución, Gonzalo Blumel, Ministro del Interior y de Seguridad Pública ha demostrado una incapacidad notable para garantizar el orden público. 
La falta de oficio político y de calle de este ministro es evidente. Guste o no, quizás los chilenos nos acostumbramos a tener Ministros del Interior con los pantalones bien puestos tanto para propios como para ajenos. Uno revisa el currículo de este muchacho y advierte en él mucho think tank, quizás demasiado.
«El tango dice que “veinte años no es nada”, pero para el gobierno del Pdte. Piñera dos años más pueden ser una eternidad si nada cambia. ¿Y a estas alturas qué tendría que cambiar? «
Pero el tema de fondo no es ese, aunque la “autonomía” de Carabineros no deja de ser preocupante. El General Rozas, su Director, ya le tomó el peso a sus jefes políticos; hace lo que quiere.
El descontento creciente de la gente, acumulado por 30 años, más la debilidad para controlar la calle (en realidad al lúmpen) ha desacreditado como nunca en la historia al gobierno de turno. Si no recuerdo mal, ni la dictadura tuvo niveles tan bajo de aprobación ni tan altos de desaprobación, y quedan aún dos años por delante.
El tango dice que “veinte años no es nada”, pero para el gobierno del Pdte. Piñera dos años más pueden ser una eternidad si nada cambia. ¿Y a estas alturas qué tendría que cambiar? 
Convengamos que la ciudadanía le ha retirado la confianza, no sólo al gobierno, sino a la dirigencia política en general, sin excepciones. Pruebas sobran todos los días, de todos los lados y colores. Entonces, ¿cómo seguir y como tratar de retomar una convivencia lo más razonable posible?
Cuando se pierde la confianza el responsable tiene que poner su cargo a disposición antes que lo echen. Ocurre en el fútbol, en las empresas, y generalmente ocurre también en la política. Este no parecería ser el caso. Ojo, si “Chile está primero” (frase desgastada por los políticos) nadie debe renunciar porque sería malo para la democracia y para la república mucho más que para el gobierno, pero sí buscar una salida alternativa que restituya la convivencia y cierre la grieta.
No hay mucho margen para inventos. Pareciera que el adelantamiento de las elecciones de los poderes Ejecutivo y Legislativo podría ser una solución viable, pues de esa manera se le da a la ciudadanía la oportunidad de “barajar y dar de nuevo”; es decir, de poner frente a la conducción del país a personas que, habiendo entendido el mensaje, estén dispuestos a construir un Chile distinto, plural, y obviamente mucho más justo, donde el desarrollo y progreso de las personas tenga como norte el acortar la brecha entre los de arriba y los de abajo.
No cabe dudas que es necesario abrir las puertas y ventanas de La Moneda y el Congreso para que entre aire nuevo y fresco, lo que quiere decir que los que vengan no hayan estado más de dos años en el Parlamento, caso contrario será más de lo mismo.
Resumiendo, si pasa nada Chile seguirá en un callejón sin salida, ¿o no cree usted?
*: Los problemas de Piñera son semi-heredados porque la bronca de la gente tiene 30 años. La Concertación cuando era oposición en dictadura prometió solucionarlos; estuvo 24 años en el poder e hizo poco y nada. Los otros seis han sido de Piñera y así estamos.

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